5 de 10. Nuestra soberanía no es negociable

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La República Dominicana se ha convertido en blanco de una propaganda arbitraria a manos de organismos internacionales que persiguen tildarnos de xenófobos, anti-haitianos y racistas. Sin embargo, podemos aseverar sin lugar a duda, que hemos sido más que solidarios con nuestros vecinos isleños, ofreciéndole una asistencia inmediata y decisiva cada vez que la han necesitado. Es evidente que muchos de estos organismos que hoy nos critican, se nutren de la miseria haitiana e incluso, algunos de estos países mantienen posturas anti-migratorias mucho más severas que la República Dominicana.

Nuestra realidad migratoria es lúgubre, diariamente invaden cientos y miles de estos seres humanos de nuestro país vecino en busca de mejorar su condición de vida. No obstante, nuestro deber es ayudar primero a nuestros dominicanos que hoy se mueren del hambre y enfermedad por las deficiencias y apatía de nuestros gobernantes.

Apoyaremos siempre cualquier iniciativa de la comunidad internacional que favorezca al pueblo haitiano, pero no a expensas de nuestra dignidad, nuestro pueblo, ni por encima de nuestra bandera y nuestras leyes. Nuestra soberanía se tiene que respetar por encima de cualquier injerencia extranjera. Así como ellas se defienden, tenemos nosotros todo el derecho de defendernos como y cuando sea necesario; promulgando leyes que aboguen a favor de nuestros mejores intereses y en defensa de nuestra libertad y soberanía.

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Para consolidar nuestras delimitaciones fronterizas, debemos crear programas en zonas limítrofes e incentivos para el establecimiento de dominicanos en estas áreas donde hoy se encuentran un gran número de asentados ilegales. También apoyaremos la instalación y fortalecimiento de zonas francas y el desarrollo comercial de ésta región para robustecer nuestra presencia fronteriza y animar a la convivencia cortés, fomentando así el respeto mutuo.

Nuestra frontera con Haití requiere un control hermético para detener de manera absoluta la migración pacifica del país vecino, con una amplia y rediseñada cobertura de las fuerzas castrenses,  maximizando la pena de cualquier miembro que incurra en el delito de vender nuestra soberanía (por medio de la flexibilización del control fronterizo a cambio de una remuneración), y una política estricta de deportación para quienes intenten cruzar ilícitamente.

Debemos crear programas de empleados temporales extranjeros para las áreas agrícolas, de construcción, y otras donde estos puedan ayudar a los dominicanos y a la vez proveer sustento a sus familias, siempre con estricta regulación que garantice el regreso de los visados a su país de origen.

El intercambio comercial es fundamental para éste esfuerzo y tenemos que luchar para crecer cada día más ésta cooperación en beneficio de ambos países. Apoyaremos iniciativas para la creación de tratados de libre comercio con Haití y otros países más, con incentivos que ayuden a mejorar las condiciones de nuestros países.

Favoreceremos cualquier iniciativa de los organismos internacionales a favor de abolir la migración ilegal hacia la República Dominicana, siempre y cuando estas no atenten contra los principios invulnerables de nuestra soberanía y el derecho que nos asiste de proteger nuestra integridad territorial.

Debemos perseguir invariablemente la paz, el trato humanitario, la cordialidad con nuestros vecinos isleños, pero siempre exigiendo el respeto a nuestras autoridades, nuestras leyes, nuestros símbolos patrios y nuestra integridad territorial, pues simplemente, nuestra Soberanía no es negociable.

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Una respuesta a 5 de 10. Nuestra soberanía no es negociable

  1. Henry dijo:

    Lo mas importante de esto es no olvidar jamas que estos organismos internacionales no son mas que entes al servicio de los mas espurios intereses y especialmente enemigos de nuestra nacion. Las dizque «naciones hermanas» no son nada de eso y se doblan mas facilmente que el carton mojado.

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